Desobsesión – Por Luiz de Mattos

La desobsesión es conseguida, con los mejores resultados, en las corrientes fluídicas organizadas por el Astral Superior en las reuniones públicas de limpieza síquica y de esclarecimiento espiritual realizadas en las casas racionalistas cristianas.
Racionalismo Cristiano
Los obsesionados quedan en las sillas adecuadas, sentados uno de cada lado de la mesa en los trabajos espiritualistas, asistidos por dos auxiliares, encargados de aplicar la disciplina recomendada en esos casos, entre ellas la del sacudimiento, cuya finalidad es el arrebatamiento del espíritu obsesor por el Astral Superior.

Concentrados y confiadamente, los demás auxiliares sentados a la mesa irradian a las Fuerzas Superiores, para mejor fortalecer la corriente fluídica y facilitar la acción de desobsesión. Mientras tanto, la reunión pública prosigue con serenidad y seguridad. Después que el obsesor es arrebatado, el obsesionado se calma, sintiendo profundo abatimiento en virtud de la pérdida de energía que le fue absorbida por el obsesor.


El obsesionado, sin embargo, aún no está recuperado. La desorganización síquica provocada por el obsesor fue grande, y el equilibrio, tanto mental cuanto físico, precisa ser restaurado. En ese estado de debilidad, si no pudiere contar en su casa con personas que lo asistan, aplicándole la disciplina y la orientación recomendada por el Racionalismo Cristiano, estará sujeto a atraer otro obsesor dificultando o imposibilitando su normalización.

Los pensamientos afines son siempre el imán de atracción entre obsesores y obsesionados. Los obsesores escogen sus víctimas de acuerdo con la afinidad que por ellas sienten o con los sentimientos que los animan en relación a ellas.

Es oportuno recordar que los espíritus del astral inferior conservan las mismas costumbres y vicios que tenían cuando encarnados. Así, los que en vida física fueron dependientes de hábitos viciosos como por ejemplo, del alcohol, cigarro, drogas, juego, todos empeñados en mantener sus deseos desmedidos y para alimentar esas exigencias de su yo materializado, envuelven a las personas con las cuales tienen afinidad, que las puedan satisfacer, aunque ilusoriamente. Las vibraciones armónicas del obsesor y del obsesionado se ajustan se encajan de tal manera uno en el otro que se torna difícil la separación.

Tales particularidades no pueden ser olvidadas en la recuperación del obsesionado. En ese período, en los locales en que haya una casa racionalista cristiana, es de fundamental importancia que, acompañado de un responsable, frecuente regularmente las reuniones públicas. Oyendo las doctrinaciones del Astral Superior y las explanaciones del presidente de la reunión, no obstante en su estado aún de perturbación, alguna cosa de lo que escucha quedará grabada en su mente, produciendo efectos benéficos. El responsable también adquiere, por ese medio, conocimientos que lo habilitan a continuar el proceso de desobsesión en el hogar.

La desobsesión de un ser rencoroso y vengativo es siempre problemática porque torna el obcecado un asociado de los espíritus del astral inferior. En tales casos, si el libre albedrío del obsesionado continúa a ser empleado para el mal, la desobsesión difícilmente será conseguida. El éxito de la fase de recuperación es más lento para ser alcanzado, por depender de la reeducación del pensamiento, de la voluntad y de de la reacción contra nuevas obsesiones. Los vicios quedan tan arraigados en la persona que ella sólo los deja con mucho esfuerzo. Bajo influencia de la recuperadora disciplina racionalista cristiana, comienza a raciocinar y a dominar los propios vicios y aquellos que fueran desarrollados por los obsesores, y, cuando se le torna fácil ese dominio, no se dejará obsesionar más.

La normalización de los niños es conseguida a través de la desobsesión y del esclarecimiento espiritual de los padres y de las demás personas con quien ellos conviven, frecuentando todos, asiduamente, a las casas racionalistas acristianas en las localidades donde hubiere, o haciendo la limpieza síquica en el hogar diariamente, conforme la disciplina recomendada por el Racionalismo Cristiano.

Los niños también se normalizan con el cambio de ambiente, cuando son retiradas del medio donde actúan los espíritus del astral inferior –atraídos por los vicios y malos pensamientos de los adultos- para otro local en que el vivir ameno sea pautado por los principios que este libro explana.

Desobsesión
Por Luiz de Mattos
Traducido al español por Adelina González